Formentera, donde el mar se junta con el cielo…
El mar hace única a Formentera, una extensión infinita de azul que empieza con el turquesa y se pierde en ultramar, allá donde el agua y cielo convergen. El mar en Formentera tiene muchas caras. Por la mañana, el sol naciente parece convertir el agua en oro líquido. Al mediodía, centellea bajo el sol hasta que el viento, jugando con las aguas, las convierte en miles de lucecitas resplandecientes. Y al atardecer, cuando el día comienza a despedirse con sus fuegos de artificio rosas y violetas, la vista del mar asombra a quien lo contempla.
Formentera con el pasar de los siglos ha tenido diversos nombres, los Griegos la llamaron «Ophiusa” o sea tierra de reptiles, quizás por la gran cantidad de lagartijas de color esmeralda que pueblan la isla, y que han pasado a ser el símbolo de Formentera.
Los romanos la llamaron “Frumentaria” o sea isla del Frumento por la gran cantidad de trigo que ofrecía, y de la cual almacenaban. Es de Frumentaria que desciende el nombre de Formentera actualmente
Formentera, donde el mar se junta con el cielo